¡A buenas horas, mangas verdes!

05 mar 2017 / 11:17 H.

Entre las cualidades que debe tener un buen político están el sentido común, conocimiento del refranero dentro del nivel cultural que está obligado a poseer (no solamente de las cuestiones políticas) y la honradez aún incluso en las apariencias. La experiencia previa en algún puesto de responsabilidad es deseable y no condición “sine qua non” como señaló el presidente Mariano Rajoy. Lógicamente, al no poder accederse ni al sentido común que todas las personas tienen, ni, tampoco al nivel cultural de las materias que se deberían dominar, ni, por último al grado de honradez de cada cual, me voy a tomar la licencia de aconsejar o criticar en, desde la sabiduría que nuestro refranero nos regala, con bastantes de sus dichos. Así sucede con el conocido: ¡a buenas horas mangas verdes! que empleamos cuando se llega a destiempo y ha pasado la oportunidad resultando inútil su auxilio. La llegada tardía de los bomberos, las noticias desfasadas, las actuaciones políticas de gobierno o de legislación cuando los efectos indeseados se han producido como es el caso de las “preferentes”, “desahucios”, “pobreza” de cualquier clase, condena a corruptos sin devolución de lo que robaron, etc., nos valdrían como justificación para el empleo de esta frase cuyos remotos orígenes tienen que ver con la Santa Hermandad, policía creada por los Reyes Católicos para capturar a los malhechores.

Los antecedentes los podríamos remontar al siglo XI cuando a propuesta de los burgaleses algunos Concejos de los reinos cristianos emplearon a una serie de personas para proteger el comercio en los caminos a causa del bandolerismo existente. Pero fue en 1115 cuando en Asturias a iniciativa de sus diputaciones se constituyó una Hermandad para la persecución de malhechores y poner freno a “las depredaciones, abusos y tropelías de próceres y magnates”. Aunque tenían un carácter local los reyes fueron ampliando los diferentes fueros por los que se regían para así poder aumentar su autoridad y disminuir el poder de Ordenes Militares y nobleza. Definitivamente en las Cortes de Madrigal de 1476, los Reyes Católicos unificaron las distintas hermandades de los reinos cristianos. Esta Santa Hermandad duró de 1476 a 1498 y marcó el comienzo del Ejército Real que, en los años siguientes, asombró en los campos de Europa.

Volviendo a nuestra frase, esta empezó a utilizarse cuando en los primeros tiempos de actuación de la Santa Hermandad sus cuadrilleros casi nunca llegaban a tiempo para capturar a los facinerosos y sus delitos quedaban impunes. Los cuadrilleros vestían un uniforme con mangas verdes.