A cuestas con la tradición

09 ene 2017 / 12:03 H.

En enero, fieles a la tradición llegan las lumbres de San Antón. Se prende la mecha, se caldea el ambiente y surge la polémica, entre la tradición y el presente. Y a cuestas la tradición, ese conjunto de normas y conocimientos que en forma de piras cada generación de jiennenses entrega a la siguiente. Pero, ni en Jaén ni en ningún otro lugar la tradición se hereda genéticamente, sino que se transmite socialmente. Solo la parte de la cultura que tiene la capacidad de renovar el pasado desde el presente, es la que tiene sentido de convertirse en tradición. Nos acercamos a la única noche en el año que Jaén cuelga el cartel de “completo”, la noche que la carrera de San Antón cae en sábado. Hacer coincidir carrera, lumbres y sábado no es traicionar a nadie. Entender que la tradición no vale por el mero hecho de serlo, que lo viejo no es bueno solo por ser viejo, que una actitud crítica es un valor esencial, que la sociedad que reinventa su pasado desde el presente es la que consigue avanzar cabalgando a lomos de la tradición y la que no es capaz, la que vive la tradición como un estigma de origen, como la crónica de una asfixia, simplemente lleva su peso a cuestas, porque continuar sin renovar solo es, repetir.