Adiós instituto, adiós

15 jun 2017 / 12:01 H.

Caluroso lunes por la mañana. En la Universidad se respira una mezcla de nerviosismo e ilusión. Jóvenes de toda la provincia se enfrentan un año más a la temida y controvertida selectividad. Permítanme que la siga llamando así. Tras el esfuerzo de superar el Bachillerato, se abre una nueva etapa en sus vidas. A pesar de que las estadísticas dicen que logran superarla más del 90% de sus aspirantes, los nervios siguen estando a flor de piel. No se trata solo de aprobar, sino de alcanzar una puntuación que les permita cursar los estudios que desean, llegándose a la barbaridad de necesitar más de 13,323 si se quiere cursar la doble titulación de Matemáticas y Física en Sevilla o 12,772 si es Medicina en Granada, cuando la máxima puntuación posible es 14. Pero seamos realistas, el verdadero problema surgirá cuando estos jóvenes terminen sus estudios universitarios y salten al inestable y precario mercado laboral jiennense, que si nadie lo remedia, difícilmente podrá absorberlos. Quedarse en Jaén puede suponer trabajar en algo que no tenga nada que ver con sus estudios, por lo que muchos se unirán a la fuga de jóvenes titulados, dejando a nuestra tierra cada vez más baldía y vacía.