Albert Camus, periodista

19 nov 2016 / 11:14 H.

El libro de María Santos-Sainz repasa el recorrido de Camus desde sus comienzos en Argel hasta los editoriales a favor de la democracia y la paz. El 10 de enero de 1957, al recibir el Premio Nobel de Literatura, dijo Camus: “Sin duda, cada generación se considera a sí misma destinada a rehacer el mundo. Sin embargo, la mía sabe que no lo hará. Aunque su tarea quizás sea aún más ardua. Consiste en evitar que el mundo se deshaga”. Es un manual de resistencia para periodistas: cuando el entretenimiento gangrena la información, cuando la concentración arruina el pluralismo, cuando la propaganda mata a la verdad, el periodismo sólo puede entrar en resistencia, o renegar de sus posiciones. Sencillamente por deber profesional, sin pretensión ni gloria, nada más que por la necesidad existencial. Este ideal democrático solo vale si los llamados periodistas son los servidores escrupulosos de las verdades políticamente más importantes. La libertad de opinión es una farsa si la información sobre los hechos no se garantiza y si no son los mismos hechos los que están en el centro del debate. Es un profundo cuestionamiento del periodismo por los mismos periodistas.