Amores políticos

15 feb 2017 / 11:29 H.

El amor se adueña de la primera quincena de febrero. Flota libre e ingrávido entre las parejas, que lo celebran con suculentas cenas y regalos de postín. El amor se pasea por el congreso del PP y lo llena de sonrisas felices y abrazos de júbilo. Se olvidan, por un momento o para siempre, de que entre sus filas los corruptos han crecido y se han reproducido como setas. Son cosas del pasado, qué culpa tiene el pobre Mariano de que entre sus pupilos haya algún que otro díscolo. Pelillos a la mar, que si llueve todo se arreglará. Pero todo “yin” tiene su “yang” y en Vistalegre, Iglesias y Errejón no se quieren tanto. Los besos apasionados de antaño se han quedado en tibios abrazos y gestos de circunstancias. En la orilla izquierda de la política el amor ha sido siempre más libre, más propicio a la infidelidad y la poligamia. Para amor fiel, el que siente Rajoy por Trump, que está dispuesto a ser su intermediario en el mundo entero. Quizás alguien debería decirle que en el imperio español ya sí se pone el sol, y que nuestra influencia a nivel mundial es escasa.