Asignatura pendiente

No es un secreto que el equipo del Real Jaén no llegó a convencer a sus seguidores. No les falta razón a los aficionados para mostrarse disconformes y descontentos por la marcha de un equipo que hasta ahora no ha demostrado ser ni chicha ni limoná. Es verdad que se está intentando desde la directiva poner soluciones a las muchas deficiencias que presentaba la plantilla inicial, confeccionada con escaso conocimiento de cómo debe formarse un plantel y un equipo. Hay aspectos del conjunto que van mejorando despacito, pero también la realidad es que entre dimes y diretes el Real Jaén se coló en la zona que da opción a disputar la promoción de ascenso. Ello no quita que, cuando se piensa en las posibilidades del club blanco, comparadas con casi la mayoría de sus competidores en este grupo de Tercera División, las diferencias deberían ser más convincentes, más determinantes.

Todo esto es más que sabido y no nos vamos a pasar la vida lamentándolo, máxime cuando existe la voluntad de poner soluciones. Han llegado refuerzos para la zaga que parece que son ya suficientes, sobre todo cuando se trata de reforzar defensivamente a un equipo que es el menos goleado del grupo. Llegó un centrocampista que también parece asegurar una mejoría. Pero la asignatura pendiente sigue sin aprobarse. El Real Jaén es uno de los equipos menos goleadores del grupo y, de momento, aunque se tocaron algunas teclas, la música del gol no suena como sería deseable y hasta exigible. En la plantilla hay demasiados nombres, incluyendo a alguno de los llamados refuerzos, que no parecen vayan aportar mucho a esta capacidad realizadora que se necesita. Delanteros que no son capacitados en el desborde, en el uno contra uno, en el juego aéreo. De ese grupito, que está lleno de dudas, pudieran justificarse Víctor Armero, Migue Montes y quizás Manolillo y Pico. A Luizinho hay que darle más oportunidades.

Ya sé que un buen goleador es la pieza que buscan y codician todos los clubes de España, incluido el Real Madrid. Un buen delantero no es cuestión de dinero y en eso el Real Jaén no puede competir. Hay que confiar en el buen trabajo de los técnicos y en la suerte. Pero de lo que no cabe duda es que esta es la asignatura pendiente del club jiennense y que hay que tratar por todos los medios de aprobarla.