Burocracia digital

Con septiembre siempre llegan nuevos comienzos, y sean cuales sean tus circunstancias, todo se complica más si tu nuevo porvenir pasa obligatoriamente por la administración. Por ejemplo, matricularse en la universidad suele ser tan complejo que uno se pregunta si reconocen algún crédito por las horas empleadas en conseguirlo. Y qué decir de las becas... Lo que antes era un sobre con documentos que podías conseguir en el estanco ahora ha pasado a ser una web de dudoso diseño, poco accesible y con ausencia de claridad. Por si fuera poco, a veces tu sesión caduca, los servidores caen o hay fallos en la programación, por lo que después de pasarte incluso horas rellenando todos los datos requeridos, te das cuenta de que no ha servido para nada. Te encuentras ante cientos de fallos posibles, en tan solo unos pocos días de plazo para cada trámite, como si de alguna forma tuvieras que demostrar tu interés y tu empeño en conseguir lo que deseas o necesitas, porque no existe otra forma de conseguirlo. Y como si fuera un videojuego, tendrás que intentarlo de nuevo.