Cambios que traen luz

11 jun 2018 / 08:02 H.

Adoro la idea de que haya ministras y ministros realmente formados, en su mayor parte nombres con una frescura que embriaga. Con esto debería bastar para cerrar mi columnilla de hoy, porque es una realidad que me encanta. Quienes me leen saben perfectamente que tampoco soy amante de las rosas, del mismo modo que las gaviotas las quiero volando lejos; pero realmente me siento maravillada con la realidad que estoy viviendo, un equipo de gobierno formado en su terreno, una serie de ministras y ministros que cogen su cartera sin pasado político, lo que me permite imaginar y creer que vamos a cambiar el país. Gente de a pie, con estudios reales, con aval académico y con toques de realidad. Me gusta esto.

Me da pena la gente que no es capaz de ver más allá de los colores de sus partidos, que obvia las sentencias y que intenta con todos sus esfuerzos cargarse a las ministras y ministros por el simple hecho de no ser “personajes clásicos”, de ser personas conocidas por su labor profesional, atacando otros aspectos de la vida personal. ¡Qué pena que vivamos en un mundo de un solo color!