Cazadores y toreros

20 dic 2018 / 09:32 H.

La economía del Paleolítico se estructuraba en torno a cazadores y recolectores, pero ahora en Andalucía, y el resto del país, se ha transformado en cazadores y toreros. Sin embargo, no se aconseja prohibir o de otro modo se nos obligará a convertirnos en vegetarianos, por mucho que la hija de la ministra Teresa Ribera sea feliz con su dieta. No se trata de más sensibilidad, sino de respeto. Ahí anda Vox haciendo de las suyas, como en una regresión hacia la charanga y pandereta machadianas, dañando no solo la imagen, que pasa de moda, sino lo que significa, pues quedan sus contornos semánticos. Recordemos la expresión latina vox populi, es decir la voz del pueblo, y una conocida marca de diccionarios. ¿Ha habido evolución entre el Paleolítico y esta formación política, que retrotrae nuestra tierra a un mundo arcaico y prehistórico? Avisados estamos. La ola ultramontana de profundo conservadurismo reaccionario golpeará todos los parlamentos autonómicos y los ayuntamientos en ese más que probable súper domingo electoral del 26 de mayo. Vamos a ver cómo se divide un voto que habitualmente cambia de intención de una convocatoria a otra, y ya se sabe cuánto oscila para las europeas o las locales, sin ir más lejos. ¿Favorecerá esta cita a la extrema derecha? No conviene para nada mezclar tantas urnas en el mismo día, en concreto las generales, porque no hay duda de que Vox sabrá —hemos visto que ha sabido— pescar en río revuelto, teniendo en cuenta que la izquierda, una vez más, se ha atascado con algo tan importante como el tema de España. En clase de literatura, siempre se habla de este asunto con gravedad y pesadumbre, y ahí quedan los testimonios desgarradores de Blas de Otero, entre otros. Parece que el sentimiento “español” era más intenso en el siglo pasado por parte de las izquierdas, así que cabe preguntarnos: ¿Somos algo distinto a una unidad indivisible con destino universal, como reza la propaganda falangista? ¿Cómo solucionar el problema de Cataluña, o lo que pueda suceder también en el País Vasco? ¿Se les va a callar la boca siempre con billetes? Con estrepitosa demagogia, Vox ataca en dos frentes, la unidad de España y la inmigración. La izquierda necesita reivindicar la unidad de España sin que por eso se tilde de derechas su discurso. La demagogia es una estrategia utilizada para conseguir el poder político, y consiste en apelar a prejuicios, emociones, miedos y esperanzas de las masas para ganar apoyo popular. En suma, un llamado a los instintos bajos. Una deuda histórica con la izquierda desde la Guerra Civil reclama la bandera republicana, pero no se puede seguir poniendo una vela a Dios y otra al diablo, eso cala en la gente, que no traga. La izquierda, que es mayoritaria, debe enfocarse en los problemas decisivos de la realidad nacional, y olvidar los asuntos secundarios. Todo lo que no sea eso es espantar al electorado, crear descontento y fomentar la abstención. Hay que admitir sin complejos, sin chovinismos ni folklore, que se puede ser español y de izquierdas, solo eso. En 2010, con el gol de Iniesta, se vivió una fiesta muy grande, y aunque la bandera constitucional ha sido un problema para muchos españoles de izquierdas durante décadas, no podemos esperar a que la Selección —llamada también la Roja con cierto sarcasmo— gane de nuevo el Mundial, porque entonces apaga y vámonos.