Cosas feas

Nada más gratificante para un pueblo que su convivencia en paz. Es en esa convivencia en paz en la que deben laborar sus gobernantes día a día, para mejorarla y robustecerla con medidas que ayuden a unir a las gentes y a mejorar sus condiciones de vida. Las divisiones sociales no conducen a nada bueno. Suelen hablar de democracia quienes menos la practican. Quienes se aferran a sus sillones de la política, a sabiendas de que la esencia del poder democrático reside en la transparencia y la alternancia. Transparencia en la gestión del dinero público y su reparto y alternancia en el desempeño de las funciones mejor valoradas y retribuidas. Elecciones y votos, único mecanismo de alternancia. ¡Imprescindible que cualquier proceso electoral sea limpio! Salieron a la luz cosas muy feas dentro de nuestro actual, y siempre mejorable, sistema democrático. Compras de votos y comportamientos mafiosos que vulneran los más elementales principios éticos. ¿Merecen reconocimientos quienes hacen trampas para beneficiarse personalmente de las prebendas del poder de modo escandaloso? Las compras de votos en Melilla, impresentables. El secuestro de Maracena, que pudo acabar en tragedia, abominable. Por esos vericuetos, no. No habría democracia