Cruz de navajas

08 dic 2018 / 11:16 H.

El tablero de ajedrez propuesto la semana pasada por el que suscribe saltó por los aires. Cerrábamos esta columna —antes del Domingo de Dolores, 2-D, nueva fecha para el martirio— con aquello de que Santiago Abascal llenó el Infanta Leonor en una actuación que, a priori, no se enmarcaba en el Festival de Otoño, pero que, a tenor del éxito cosechado ante el público adelantaba doce escaños que no hubo encuesta, ni pluma, que pudiera descifrar. Sin paños calientes, la pasada columna duró lo que dura una encuesta-caramelo en la puerta de un colegio electoral. Quien jugaba con blancas era la fraccionada oposición que sufrió la derrota más feliz que se recuerda. Y, con negras y malos presagios, quien se creía con la sartén por el mango, un susanismo en busca de autor. Tablas históricas. Derrota feliz, un oxímoron político para un PP que todavía se palpa la ropa y comprueba los números del décimo. La espuma festiva tapa, en parte, la falta de vigor, la caída de votos aquí y allá. Hace bien en preocuparse el presidente del PP de Jaén, Juan Diego Requena, por la fuerte caída de votos en la capital. La buena ola popular en la provincia contrasta con la vía de agua de votos en la capital, 8.600 votos se fueron a otros abrevaderos. Tirón de orejas clásico, entonces, al alcalde de Jaén, Javier Márquez. Quizá una manera sutil de recordarle que se centre en lo que les ocupa y deje los cantos de sirena de Madrid, tan reconfortantes como efímeros. La “contención” de Ciudadanos y VOX en la provincia le da “Red Bull” a un PP provincial que esperaba mayor castigo y que ahora saca pecho.

Para castigo, contra la pared, el del PSOE que no pudo ni esbozar escenario tan apocalíptico. Desencajado desde la noche de autos. Procesión zombi tras Susana Díaz para subir al estrado, dar la cara y tomar nota, tarde. Baja intensidad de campaña, votantes en casa o, lo que es peor, mirando para otros lados. Y es que buena parte de su electorado se quedó el fin de semana con la sesión continua de María del Monte. “¡Arsa!”.

“Cuando patinamos sobre hielo quebradizo, nuestra seguridad depende de nuestra velocidad”, así la frase de cabecera, introductoria, también para la modernidad política con permiso de Bauman. A toda cebolla, así ha vivido el PSOE estas últimas décadas en Andalucía, tan rápido que dejó de atender problemas percibidos por sus propios votantes como perentorios. Y casi sin tiempo para el duelo, cruz de navajas por una mujer, Mecano, no; Ferraz. Aunque la letra sea igual: “Brillos mortales despuntan al alba, sangres que tiñen de malva el amanecer...”. Con los pañuelos aún húmedos en la manga, José Luis Ábalos, desde la dirección federal socialista, se explicó tan bien que todos entendimos que pedía la cabeza de la presidenta en funciones, que le marcaba la puerta de salida. Gracias y finiquito. Agotado el proyecto y con necesidad de “regeneración” dijo. No hay tregua, ni perdón, se guarda la compostura por aquello del decoro, pero una falla abisal separa el eje Sevilla-Madrid y, además, se percibe un movimiento descabezado de sanchistas más numeroso de lo esperado, larvado y ajeno a directrices orgánicas que exige una catarsis socialista. El secretario general del PSOE de Jaén, Francisco Reyes, afeó directamente los consejos del mandamás federal y la pretendida regeneración exigida. Por aquello de no hacer más sangre y, ante el repentino arrepentimiento y paso atrás tan típico en estos meses, calificó sus palabras de “error terminológico”. Así hasta la próxima refriega.

Este domingo actúa Jorge Javier Vázquez en el Infanta Leonor, seguro que con otro previsible lleno, y a uno le cabe la duda del tirón electoral que hoy tendría el polifacético presentador ante los comicios venideros. Vale, en “stricto sensu”, no es una cara nueva, pero tiene la pócima del éxito popular. Eso es mucho en estos tiempos en los que nadie se lee el programa, aunque lo vea bien. Emoticono guiño.