Cualquiera tiempo pasado

Como siempre ha ocurrido, los más may ores consideran que la generación posterior se está echando a perder. Esta vez, sin duda, lo achacan al dominio tecnológico: vivimos en un mundo inundado por los píxeles, repleto de pantallas, y nos dicen que ya no somos capaces de socializarnos cara a cara, de mirar lo que encontramos a nuestro alrededor. Sin embargo, parece que ya no recuerdan aquellos momentos en los que, a falta de móvil, todos ellos miraban las últimas noticias en el periódico recién comprado mientras esperaban el tren, como bien podemos comprobar en diversos archivos fotográficos. También critican que los niños ya solo son capaces de divertirse a través de los videojuegos, pero parece que no son conscientes de que son ellos mismos quienes han clavado un cartel de “Prohibido jugar a la pelota” o “Prohibido patinar” en cada uno de los parques que un día, a aquellos que fuimos afortunados, nos pertenecieron. Da igual en qué punto de la historia nos encontremos, hemos demostrado ser siempre los mismos. Lo único necesario ahora tal vez sea dejarnos ser.