Cuando cobre la aceituna

28 abr 2024 / 09:24 H.
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La crisis financiera, en España, ha cerrado casi 30.000 sucursales en quince años, un 65,2%. En la provincia de Jaén han quedado 340 oficinas bancarias cuando hace quince años disponíamos de 632. Si analizamos la evolución del número de oficinas por mil habitantes, la provincia de Jaén resiste una ratio de 0,55, mientras que la media en España es de 0,37.

Se justifica este gigantesco ajuste por la ausencia de rentabilidad provocada por la caída de los tipos de interés, que durante tiempo estuvieron cercanos al cero, incluso negativos. Sin embargo, la evolución más reciente del precio del dinero ha devuelto la normalidad al sector. Sólo en 2022 el Euribor, tipo de referencia para las hipotecas, inició el año en el -0,477% y lo cerró en el 3,018% (por hoy un 3,70%). Los costes por la compra de dinero venían siendo tan bajos que incluso cobraban a los ahorradores, y en pocos meses, con esta subida, afloraban las ganancias. La diferencia entre la tasa de interés que cobran a quienes piden préstamos y la tasa que pagan a las personas que depositan su dinero, denominada “spread”, ha provocado suculentas ganancias para la banca. En 2023 ha alcanzado el nivel récord de beneficio neto que llegó a 23.000 millones.

El precio del dinero tiene una gran influencia en la economía. Una reducción de este favorecerá la inversión, pues no merecerá la pena ahorrar, apostando más por invertir. También provocará un aumento del consumo, pues la diferencia entre los ingresos y el coste de la hipoteca será mayor. Y todo esto tendrá un efecto inmediato en el empleo, objetivo macroeconómico prioritario para cualquier territorio.

En la provincia de Jaén somos más ahorradores que inversores. El total de créditos suma 8.483 millones de euros a final de 2023, frente a los 12.463 millones de depósitos. Los jiennenses se endeudan en una ratio de 1,86 créditos por cada 1.000 habitantes, mientras que la media de Andalucía es de 4,26 y la de España de 6,40, lo que delata un perfil más conservador de los nuestros. Además, resulta curioso como en 2008 los jiennenses éramos ahorradores por 8.861 millones y debíamos en créditos 12.786. Ahora, las cifras se han invertido, en una tendencia reacia a endeudarse y una postura más ahorradora y prudente. La inestabilidad de los últimos lustros ha influenciado en nuestro comportamiento más conservador frente al crédito.

En cuanto al referido objetivo macroeconómico del empleo, los datos de la EPA del primer trimestre nos vuelven a marcar de forma negativa en la provincia de Jaén. Al ser tan estacional nuestra economía debemos comparar las cifras con las del mismo periodo del año anterior, advirtiendo que tenemos 7.000 parados más que el año pasado. Tampoco es positiva la tasa de actividad, con un 49,84% siendo esta la más baja de Andalucía.

Empezamos a sufrir los efectos que han provocado dos cosechas paupérrimas de aceituna, lo que viene a diagnosticar un sistema excesivamente orientado a un sector vulnerable. El incremento del precio del aceite no compensa el aumento de los costes y encima penaliza el consumo. En pleno proceso de floración nos jugamos muchos indicadores en nuestra provincia. Ojalá que pueda volver el entusiasmo y no tengamos que esperar para invertir, a cobrar la aceituna.

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