Cuando Linares se echa a la calle...

Pasan los días, transcurren las semanas y no hay movimiento para sacar a Linares de la delicadísima situación en la que se encuentra >> Demasiado comedida ha sido su gente con las promesas incumplidas y con las mentiras permanentes

08 oct 2017 / 11:27 H.

Desde luego que llama la atención que no fuese antes, pero igualmente ha sorprendido con el vigor que lo ha hecho: Linares está de nuevo en exigencia a las administraciones públicas, que es como decir en pie de guerra. Y razón no le falta, que es la ciudad de España con mayor tasa de paro (44,5 por ciento frente al 17,6 de la media nacional) y donde la palabra futuro dejó hace tiempo de conjugarse con las familias y los barrios. Especialmente significativo, lo han leído aquí, es el hambre en Arrayanes, con todas sus palabras, no hay que esconderlo, que solo por la labor de Cáritas y otras organizaciones salen adelante cada día. No hay trabajo, las promesas se las llevó el viento y el dinero de los chiringuitos posteriores a la Santana Motor de los japoneses de Suzuky se esfumó, Sevilla no da más de sí, Sevilla ya lleva tiempo mirando a otro lado.

Sevilla como capital autonómica parece decir que ya dio todo lo que tenía que dar; Madrid, la capital del Estado, siempre estuvo en otras cosas, que nunca coincidieron con el progreso y el desarrollo de esta tierra. Así las cosas, la situación es tremendamente preocupante para la provincia de Jaén (30,76 fue la tasa de paro en el segundo trimestre, la más alta del país) y dramáticamente preocupante en Linares. Se lo he escuchado infinidad de veces en los últimos tiempos a su alcalde, Juan Fernández, cuya mirada alegre y jovial de los tiempos en los que te enseñaba el mapa de la raqueta de las circunvalaciones que llevaba en el bolsillo de la chaqueta ha dado paso a la desazón y el sufrimiento. Linares está mal, ha ido de derrota en derrota y se presume cataclismo de un momento a otro si las administraciones públicas no hacen nada (y nada están haciendo por mucho que digan que hacen). No extraña que la manifestación del pasado 14 de septiembre fuese tan masiva, salvo ancianos y niños, todo Linares estaba en la calle. Basta ya de promesas incumplidas y de mentiras piadosas, basta ya de buena cara y olvido inmediato. A esa petición de dignidad y futuro se le suma toda la gente de bien de esta tierra, faltan los políticos.