Cuestiones de fe

23 mar 2018 / 09:10 H.

Hemos tenido un mes de marzo marcado por la agitación social y por las protestas contra los diferentes gobiernos centrales y autonómicos, también contra esas políticas públicas que han ido aplicando y que han sido la causa del gran deterioro del bienestar de la gran mayoría de la población. Las movilizaciones las han encabezado nuestros mayores y las mujeres, grupos de población que se han echado a la calle para denunciar la situación en la que se encuentran y el ideológico y premeditado deterioro de su calidad de vida y del Estado de bienestar. El nivel de movilización ha llegado a tal punto que se ha notado claramente la preocupación que ha provocado en los poderes financieros y económicos, así como en los poderes políticos y mediáticos a su servicio. La respuesta no ha sido muy diferente a la de otras situaciones similares, medidas represivas y oleada ideológica para falsear una vez más la realidad. Nos han lanzado con su capacidad de control e influencia las explicaciones que debemos aceptar como dogmas, una y otra vez nos presentan esa avalancha de argumentos indiscutibles, tan obvios que nadie debe dudar. Cuestión de fe y no de evidencias científicas. No se han escatimado esfuerzos para desacreditar las protestas de las mujeres y de los pensionistas. Lo primero ha sido lanzar la acusación de estar carentes de credibilidad presentando a los que protestan como meros peleles o instrumentos de fuerzas políticas que buscan sacar beneficios de la situación. A los pensionistas se les ha presentado como unos privilegiados desagradecidos por la generosidad de sus pensiones o por tener una de las tasas de reposición de las más elevadas del mundo desarrollado. El problema de las pensiones se debe a la transición demográfica, hay cada vez más ancianos y cada vez menos jóvenes, así no habrá dinero generado por los jóvenes para pagar las pensiones. No hay ninguna causa que tenga que ver con la política y la voluntad, todo es una cuestión biológica, la biología es la que ha hecho insostenible el sistema de las pensiones. Lo mismo que con la desigualdad de género, es que no nos enteramos, es tan obvio, se debe a causas también naturales como el embarazo o la maternidad. No tienen nada que ver las políticas públicas impuestas a la población por los diferentes gobiernos.

No se habla, por ejemplo, del objetivo de precarización del trabajo que tenían las reformas laborales llevadas a cabo por Zapatero y Rajoy. Debido a esta precarización y a la reforma de las pensiones de 2013, la tasa de reposición para el año 2060 se calcula en un 48%. Se olvida mencionar también que vivimos en uno de los países de la Unión Europea de los 15 con los salarios más bajos, y eso explica que cuanto más bajos son los salarios, mayor es la tasa de reemplazo. El argumento de los jóvenes es pueril. Más de medio millón de personas de entre 18 y 35 años han emigrado de nuestro país y aún así, sacando a estos emigrados de la estadística, la tasa de desempleo entre los jóvenes sigue siendo de un 38%. Yo, hombre de poca fe, creo que a los pensionistas hay que contarles que el problema de las pensiones no es una cuestión de fe, ni es demográfico o biológico, cosa que ya saben. Cuando ciertos grupos económicos y financieros y ciertas clases sociales, muy reducidas, con la renta superior de nuestro país influyen sobre el Estado, entonces surge el problema. Hay que explicar que esa antidemocrática y desmedida influencia sobre el Estado permite que esos grupos paguen muchos menos impuestos que sus semejantes en el resto de países de la UE-15. Dentro de ese grupo de países somos el que tiene la cifra de gasto en pensiones más baja, después de Irlanda y Luxemburgo. Un 8% del PIB frente al promedio del 9,5%. Y hablamos de un grupo de países con una estructura demográfica similar y un porcentaje de mayores semejante. Las causas son políticas, no biológicas ni demográficas, al igual que ocurre en todas las trasferencias públicas y servicios públicos del Estado de bienestar. La realidad es que somos un país con suficiente riqueza para pagar e incluso expandir las pensiones.