Culpa del chachachá

Quién tuvo la culpa de tanta abstención? La culpa fue del chachachá. Si no se asume y se obra en consecuencia, mal vamos. Podrían dimitir quienes se amarran al millón y pico de votos que no les van a servir para nada (y a los votantes, menos). Hartazgo. Y con él un discurso primario y regresivo va calando, fácil de vender y comprar. Y mientras, quienes debían haber encabezado los verdaderos y necesarios cambios inmersos unos en sus comodidades de décadas dominantes y otros en sus fuegos de artificio antinoséqué y de manual progre. Así les ha ido. Y el lodo catalán ensuciándolo todo, que si no se detiene acabará pudriéndonos. A buenas horas salir de manifestación, ¿contra qué? ¿Contra la decisión de las urnas? Se supone el resultado que traerá, cuanto antes se admita, mejor. Tiempo para revisar todo. Pero tengamos cuidado, que se va a jugar con fuego y el fuego se nos puede desmadrar; algunos quieren, sencillamente, sangre, y la sangre riega venganzas. Cuidado con la amnesia. Hay que recomponer las filas para regresar. Hay oportunidad. Así que ¡venga ya el 2019!