¿Cultura de pacto?

23 jun 2016 / 18:00 H.

Ya no hay duda. Todos los partidos políticos han manifestado que después del próximo domingo habrá gobierno, aunque ninguno haya aclarado cuáles son sus opciones de pacto. Sin embargo, hemos llegado a nuevas elecciones justo por la escasa cultura de pacto que tenemos y no hemos dejado de hablar de ello en estos meses. En este artículo, no sólo voy a seguir apostando por una cultura de pactos, inevitable y sana en democracia, sino que pretendo lanzar algunas reflexiones que me surgen en torno a una nueva cultura de pactos: 1. Esta nueva etapa de pactos no la pueden protagonizar quienes han demostrado nula capacidad de acuerdos y consensos, como el caso de Julio Anguita y algunos de sus discípulos, que impidieron gobiernos municipales de Izquierda en el año 95 y con su “pinza” con el PP, facilitaron le hegemonía institucional de la derecha durante más de una década. 2. La cultura del pacto está para quedarse, así que vayamos preparándonos para la gran política, donde los programas, los acuerdos y la coherencia, primen en las mesas de negociación, antes que los cargos y el reparto de prebendas. 3.Expliquemos sin tapujos ni complejos a los electores, con quienes queremos gobernar y sobre la base de qué propuestas. Esto no es malo, esto sería transparencia frente a tacticismo. El único que quiso pactar con Ciudadanos y Podemos ha sido el PSOE, pero no culminó el proceso por cuestiones tácticas de los adversarios. 4. Aprendamos a priorizar y buscar consensos sobre la base de lo que nos une y dejemos a un lado las grandes diferencias. Los gobiernos de mayorías así lo exigen. Y por último, aprendemos de las organizaciones y las empresas. La colaboración entre organizaciones y empresas es hoy una realidad y ha hecho cambiar la dinámica de las empresas, hasta las que compiten entre ellas. Estamos en un momento de disrupción total y los partidos también tienen que formar parte de ese proceso disruptivo para seguir siendo instrumentos útiles al servicio de la sociedad.