David y Goliat

29 dic 2018 / 11:57 H.

Hoy, 29 de diciembre, celebran su onomástica los llamados “David”. De origen hebreo significa “el que es amado”, y es uno de esos nombres que han permanecido a lo largo de la historia al estar entre los preferidos por aquellos padres que huyen de extravagancias. Su uso está extendido en todo el mundo y nos lo encontramos en reputados futbolistas como Beckham o Silva, en míticos cantantes como Bowie o Bisbal, o en los más jíbiri actuales como Muñoz o Broncano. Artistas como Donatello o Verrocchio han tomado a David como modelo para sus obras de arte, siendo la más famosa el David de Miguel Angel en la galería de la Academia de Florencia. Y esto, como consecuencia de la historia de aquel pastor que consiguió vencer al gigante de Goliat tras la que David se convirtió en auténtico rey de Israel. Una lucha, la de David y Goliat, que representa el poder de la astucia, la inteligencia y la perseverancia y que supone aceptar que nada es imposible, y que con esfuerzo podemos conseguir las metas más difíciles. En la actualidad, y en nuestro entorno siguen librándose batallas como la narrada en el Antiguo Testamento de Samuel 17. Pienso en pequeñas empresas con autónomos al frente que resisten los asedios del soldado gigante del ejército filisteo. Pequeños comerciantes que se aferran a su tienda a pocos meses de la apertura de otro gran centro comercial a las afueras, que recibirá a clientes con música, globos y plazas de parking. De Goliat se dice que medía casi tres metros de alto, que su malla de cobre pesaba 57 kg y la hoja de hierro de su lanza 6,8 kg. El Jaén Plaza, el mayor complejo comercial de la provincia, con 46.000 metros cuadrados de galería comercial y 2.500 plazas de aparcamiento desafía a un atemorizado comercio tradicional cada mañana y cada atardecer. Por otra parte, el comercio electrónico, abanderado por Amazon, se presta sigiloso como manta voladora desde Seattle hasta cualquier rincón de nuestros pueblos. Otro gigante tras la nube, con tanto atractivo y tan invisible que no alcanzamos con nuestra honda. Ante sendas amenazas el comercio tradicional tendrá que afinar su arma y buscar los puntos débiles de estos gigantes, que no dejan de ser meros canales de distribución. Posiblemente la mejor estrategia para esta batalla no será la del enfrentamiento, sino la del alejamiento. “Alejarse con tiempo también es ganar”. Si pretendes enfrentarte en el terreno dónde eres menos competitivo las probabilidades de derrota son mayores. No podemos vender de todo y al mejor precio. Nos desgastaríamos en el primer trimestre. Hay que tratar de atraer al cliente a tu terreno, donde estos gigantes, por grandes, no pueden entrar. Es importante crear y reinventarse y pensar que no sólo vendemos producto, sino que el valor añadido está principalmente en el servicio. Conseguir que la visita al comercio se convierta en una experiencia emotiva es siempre un punto a favor. Las expectativas son crecientes en cuanto al comercio online, por eso debemos invertir en nuestra marca. Esa marca es inherente e inseparable de tu negocio, y al hacerla exclusiva para nuestros clientes minoraremos el poder del canal de distribución. Hasta esos grandes gigantes pueden convertirse en aliados al incorporar nuestros productos en el apartado premium. Si la humanidad ha conseguido ir y volver a la luna, no puede ser más difícil conseguir que un vecino cruce la calle y compre en su barrio.