De cintura para arriba

22 feb 2016 / 09:39 H.

Hay ciertos resortes que hacen saltar a la insurrecta que hay en mí. Uno fue la semana pasada al ver cómo una representante elegida por el pueblo se sentaba en el banquillo de los acusados por protestar pacíficamente. Que ocurriera en una iglesia y que la mujer enseñara el cuerpo, solo me hizo desear que si alguna vez me juzgan por algo, que sea por invadir un altar desnuda de cintura para arriba. Y no lo digo por escandalizar. Creo que no hay idea que no pueda ser refutada, ni altar más sagrado que el cuerpo de una persona. Pero mi verdadera indignación es ver el tipo de sociedad en que nos estamos convirtiendo: una sociedad perfectamente preparada y dispuesta para castigar la disidencia. El problema ha llegado tan lejos que es difícil dar marcha atrás. Imagínense que soy capaz de crear una doctrina para alcanzar una sociedad ideal. Mi doctrina es tan buena que mis seguidores y yo creemos que no hay precio demasiado alto para lograr ese paraíso utópico. Aprobamos leyes para poder prevenir la infracción de las verdades esenciales y para los mentecatos que se opongan, tenemos métodos de persuasión irrebatibles. Por ejemplo, no dejar que nos identifiquen. Nosotros, por el contrario, sí podemos identificarles en cualquier momento, y si se niegan, los llevamos a una comisaría para realizarles un registro corporal externo. Por supuesto, nos jactamos de ejercer la fuerza policial contra cualquiera que pueda perturbar la seguridad alrededor de los edificios públicos aunque estén vacíos y, cuando los llevamos a juicio, rompemos el principio de autoridad procesal para que el valor probatorio de las declaraciones de los agentes de la autoridad valga su peso en oro. También, se permite abrir un proceso judicial por actos que no constituyen delito ¿Que por qué, si no son delito? Pues porque lo digo yo que para eso me he inventado esta ley mordaza. Y cárcel, muchos años de cárcel para quienes contravengan mi norma. Pero es por una buena causa: para alcanzar mi país de orden y concierto donde todos seamos una especie de cubo de rubik ya resuelto. Solo que quizá, algunos querrían poder seguir buscando el método para resolverse.