a sol

26 ago 2017 / 11:17 H.

Las lecturas veraniegas las lleva cada uno como puede. Yo, por ejemplo, desde hace muchos años, las uso para releer cosas que me gustaron mucho en su momento y me pego el gustazo de hincarles el diente de nuevo, de manera menos apasionada y más gozosa. Este año me he decidido por una gran novela de Alfonso Fernández Malo, editada en el 2008 y titulada “De sol a sol”. Ya, en su momento, me dejó helado pues no había leído hasta entonces nada similar sobre los años del hambre en el mundo rural. La trama y la narrativa, en torno a un horno de pan, son espectaculares; personajes y situaciones que te ponen los pelos como escarpias. La recreación de ese momento histórico, del que se habla tan poco, no sé aún por qué, es de un calado muy profundo. El lenguaje, su literatura oral, es para tirarse de los pelos, por la maestría y el dominio que tiene. Si a esto le añadimos el conocimiento profundísimo de ese mundo tan hosco y sobrado de miserias y represiones, tan escaso de pan y tan sobrado de mal bajío y odios atávicos, nos encontramos ante una obra cumbre de la narrativa española, tan faltica de salchichón de Sendra.