Debates

18 may 2017 / 10:16 H.

Ayer cumplí 79 años. Quizás por esa cantidad de tiempo y vida acumulados ya existan tan pocos proyectos que me ilusionen, sobre todo, los grandes proyectos. Me emocionan y motivan las pequeñas cosas, los detalles simples y espontáneos que pueden verse en un niño y en las personas ingenuas y nobles que actúan sin doblez; las ofrendas que nos hace la naturaleza, el beso de mis seres queridos, y el abrazo sincero de mis amigos.

Una infinidad de pequeñas-grandes cosas en las que, anteriormente con la fogosidad de la juventud, no había reparado con tanta atención. Ya les decía que a mí no me interesa Eurovisión ni esos programas de convivencias hostiles y muchas veces amorales, de críticas desgarradas al personaje que se ponga por delante. Ni me interesan, por supuesto, los debates políticos, ni en los que hay periodistas y expertos en economía ni los que celebran los líderes de los partidos políticos, aunque un debate para dilucidar las primarias de una secretaría general sólo lo celebra el Partido Socialista. Tampoco me ha sorprendido la declaración del independentista catalán Joan Tardá que ha dicho que él no vio el debate de los tres candidatos socialistas porque “era para jubilados”. Luego rectificó y aclaró que no quería ofender a los jubilados y que sólo se refería a la hora en que se celebró, en la que él estaba trabajando. Pues estoy seguro que yo, que llevo 15 años jubilado, aún trabajo bastante más que él y que otros muchos políticos perpetuos que no dan golpe. El caso es que el dichoso debate pudo ser muy interesante para los socialistas, pero para el resto de ciudadanos allí no se escuchó nada que reclamara su interés. De proyectos, cero. Sólo abundaron las descalificaciones de unos hacia los otros y poco más. Y desde luego el menos convincente, el que menos aportó para mí fue Pedro Sánchez, que sigue con su manía persecutoria del poder y no dejaba de repetir el fracaso del PSOE al decidir abstenerse para que gobierne el PP, olvidando que ha sido él quien ha dejado a su partido tan mermado de votos. Alguna intervención de Patxi López la encontré coherente, aunque ya se sabe que es quien menos posibilidades apunta de obtener la mayoría. Fue el único que recordó que en el debate lo importante era España. Susana Día estuvo comedida, segura de sí misma y no dejó pasar ocasión de dar la puntilla a Sánchez.