Dime con quien andas...

03 dic 2017 / 11:33 H.

Solemos juzgar a las personas de acuerdo a las amistades que tienen. Este refrán, escuchado de nuestros padres y abuelos, advierte de la gran influencia que ejercen en el comportamiento o en las costumbres de alguien, las compañías de los demás, ya sean buenas o malas; también afirma que escogemos relacionarnos con personas que, lejos de ser iguales a nosotros, tienen la tendencia a complementarnos en aspectos donde tenemos debilidades, aunque es cierto que, una vez formado nuestro carácter y establecido nuestro código de ética y moral personal, difícilmente cambiaremos por influencia de otras personas. Sobre lo que vamos a tratar se podría completar con otra reflexión recogida en la frase “la mujer del César no sólo debe ser honrada sino, además, parecerla”. Por ello creemos, sinceramente, que una autoridad en ejercicio debe guardar una compostura de acuerdo con el cargo, ya que, por ser elegida en una elección democrática o nombrado legalmente para ser responsable de alguna de las parcelas en que se divide el gobierno, debe tener un mínimo respeto al cargo y a lo que puedan pensar el resto de ciudadanos.

Recientemente se han dado una serie de hechos que han despertado gran alarma social y que guardan relación entre sí y nos hacen pensar que “el piensa mal y acertarás” es real. El ministro de Interior anterior recibió en su despacho oficial a un recién imputado, investigado por graves delitos y, para justificar la reunión, explicó que, sólamente, trataron cuestiones particulares sin ninguna relación con los delitos en cuestión; la justificación y explicaciones que aportó no convencieron a sus interrogadores ni a quién le había designado para el Ministerio, puesto que a los pocos días, aunque justificándolo por otros motivos, fue “dimisionado”. Las sospechosas amistades, el lenguaje ambiguo con ellas, y la dimisión del Fiscal Jefe Anticorrupción, amén de traslados poco justificados cuando se han iniciado investigaciones por fiscales y jueces que se ven apartados de causas iniciadas, cuestionan al Ministro de Justicia. El recibimiento inmediato de investigados por parte del Secretario de Estado de Interior, levantan sospechas y se exigen explicaciones porque ya, los españoles nos estamos hartando de que, quienes tienen que ofrecer conductas ejemplares e intachables, sigan despertando nuestros recelos y haga que confiemos poco en las instituciones y en las leyes que se promulgan que no acaban con los desatinos ni con las conductas reprobables. Los ciudadanos exigimos una Justicia imparcial dotada de medios suficientes y unas leyes justas.