Disfrutemos de los sesenta
Ya he cumplido los 60 años. Evidentemente, tengo más edad, pero no acepto pasar a la categoría de viejo, anciano o senior. Tengo más experiencia, me gusta participar en colectivos de la sociedad civil, me muevo bien por las redes sociales, disfruto viajando, cocinando con amigos y conociendo nuevos restaurantes. Tengo ganas de vivir y me considero una persona activa, me ilusiono con nuevos proyectos.
Afortunadamente, la esperanza de vida ha crecido veinte años en el último siglo: cada vez vivimos más y con mejor salud. La tercera edad ahora se denomina tercera juventud, y solo con la falta de autonomía personal y la pérdida de facultades físicas y mentales hablamos de cuarta edad. Los centros de mayores ahora se denominan Centros de Participación Activa. Hay quien incluso habla, emulando a la generación “millenial”, de generación “viejenial”, para referirse a las personas con edades entre los 55 y los 65 años, con gustos muy parecidos a gente más joven.
En España, casi nueve millones de personas tienen más de 65 años, un fenómeno demográfico sin precedentes que empieza a ser tenido muy en cuenta por el mercado y la publicidad. Parece que las marcas empiezan a tomar en serio a estas generaciones. Nuevas perspectivas se abren sobre este nuevo proceso vital. En la cartelería publicitaria se ven menos tensiómetros o pañales para adultos y cada vez proliferan más viajes y actividades de tiempo libre.
Tenemos que concienciarnos y no tener miedo a esta etapa. Quizá el problema no sea la edad, sino cómo afrontamos el paso del tiempo. Las personas de la generación de los sesenta comenzamos una etapa en la que podemos cosechar lo sembrado. Sabemos lo que nos motiva, tenemos más tiempo para estrechar nuestras relaciones familiares, para ser más generosos y solidarios, para cuidar nuestra salud con alimentos sanos, para disfrutar el tiempo presente y vivir el aquí y el ahora, para disfrutar de amistades viejas y nuevas, para viajar y conocer nuevos lugares, para realizar actividades físicas y cuidar nuestro cuerpo... ¡Liberémonos de los estereotipos de la edad!