Dolores y
símbolos

18 abr 2019 / 09:40 H.

La conmoción por Notre Dame, como el incendio, se va enfriando poco a poco. Como siempre, se critica que la extrema derecha utilice la desgracia para difundir sus mensajes de odio y sus conspiraciones sin fundamento sobre un posible origen terrorista del fuego. Si bien es cierto que las reacciones de algunos ateos y extremistas de otras religiones han dejado mucho que desear en las redes sociales, debemos darnos cuenta de que son casos aislados que no debemos generalizar, pues la incultura no conoce fronteras de ningún tipo. También se critica el postureo o los límites del humor por los chistes al respecto. Incluso han ofendido las numerosas donaciones para reconstruir la catedral, frente a la indiferencia ante otras catástrofes como la de Campeche (México) o la mezquita de Al-Aqsa (Jerusalén). A veces se nos olvida que uno no puede elegir tan fácilmente qué le duele más. Notre Dame es un símbolo cultural y artístico que nos toca muy de cerca a todos los europeos, religiosos o no. Pero negar esta tristeza es absurdo, así que debemos ser críticos con esta pena, comprenderla y valorarla, para que algún día seamos capaces de implicarnos de igual forma con los otros desastres del mundo.