El aleteo de la mariposa

06 oct 2018 / 10:38 H.

Las ondas expansivas de cualquier pedrada política en la actualidad pueden precipitar un cambio de gobierno o una brecha en la frente social. Pedro Sánchez lo sabe y está cauto después de unas semanas de hiperactividad y gira americana. Susana Díaz lo sabe y está cauta, aunque la maquinaria está preparada y pendiente solo de presionar el botón rojo de fanfarria electoral. La convocatoria de elecciones está sujeta de un hilo invisible que se puede romper en cualquier momento. Frágil y al albur de las oscilaciones propias del tiempo político. La enésima andanada, por ejemplo, de Quim Torra y su linde, con su “apretad, hacéis bien en apretar”, para mantener activo al movimiento fiestero e “indepen” se le fue de la manos y le llegó hasta su propia testuz en el Parlament. Mas todo son altercados festivos para no romper el relato mágico de la revolución de las sonrisas. Sus cálidas y paternalistas palabras a los CDR sirvieron de espoleta, de alfombra roja al disturbio, y tuvieron el efecto mariposa de volverse en su contra. De momento, su locuacidad sirve para distanciar a JxCat y ERC y dejar un nueva y sombría “performance” del secesionismo “per collons”. El daño está hecho, pero si la nonata república catalana es capaz de violentar la democracia antes de estar escrita qué no estará dispuesta a hacer a los que no compartan el fervor o a los que intenten frenar a la masa libertaria. Ese caldo de lenta cocción no se puede mantener estable y ahora amenaza con desbordarse, desparramarse fuera de la olla. Como siempre amenaza con salpicar al resto de comensales, de ahí el ultimátum de Torra —la sombra grotesca de Puigdemont— a Pedro Sánchez de retirarle el apoyo político si no se convoca un referéndum antes de que el grajo vuele bajo. Antes de cerrar párrafo nacional, la incombustible Esperanza Aguirre ha roto una lanza, en sentido estricto, por el que fuera gran esperanza del PP y candidato presidencial para los prebostes económicos, Rodrigo Rato. Siente pena por él. En semana negra y sin tarjeta, el que fuera presidente del FMI conoció que visitará la trena por el “pifostio” de las tarjetas black y la sangría de Bankia, pero, según la cariacontecida Aguirre: “No creo que las cárceles estén para 90.000 euros”. Y se marchó, muy chulapa ella.

Sin abandonar sede judicial, el caso de las fuentes en Jaén, al margen del recorrido procesal, deja maltrecho el delicado ecosistema popular en el Ayuntamiento. Se dirime si se saquearon 3,6 millones de euros de dinero público a través de facturas infladas o falsas por el mantenimiento de las dichosas fuentes ornamentales y el agua, ahora, viene con presión. Ni el apresurado cambio de criterio del abogado del Ayuntamiento que, en 48 horas de vértigo, pasó de pedir mantener a Rosa Cárdenas como imputada a desdecirse con premura ante el tribunal templó los nervios. Así, el letrado de la tercera teniente de alcalde argumenta que Javier Márquez también firmó como alcalde accidental documentos similares a los que mantienen a su defendida como investigada... El nerviosismo, por lo tanto, hace mella, máxime si como sostiene el juez uno de los documentos básicos, que abrió la encomienda de servicio a la empresa Matinsreg, es el que rubricó la edil. “Piano piano se va lontano”, pensarán el juez y la Guardia Civil mientras siguen el rastro de dónde fue a parar el dinero, presuntamente, malversado. El que va despacio llega lejos.

Mientras la columna busca el punto final, un nutrido grupo de linarenses estará de vuelta del viaje a Sevilla donde mostraron a las puertas de San Telmo, el desamparo de una ciudad que se hunde. Hasta allí llevaron su bandera multicolor para pedir una segunda oportunidad industrial que sirva para fijar con empleo a las nuevas generaciones. Linares nunca camina sola y ese orgullo bien entendido es mucho o poco según quién lo mire. Una presión necesaria en cualquier caso.