El arte de vivir

15 feb 2016 / 09:42 H.

Estamos sumidos en un apasionante 2016 al que no le faltan sorpresas y emoción, así que noticias y falta de lluvia a parte quisiera hoy prestarle especial atención a las cosas que realmente me divierten. Me dirán que no es fácil pero como muestra un botón. Más allá de gustos, debo decirles que he descubierto tardíamente el placer por El carnaval. Bien es sabido que es, muy posiblemente, la fiesta pagana que más personas celebran y disfrutan en todo el mundo. Y es que disfrazarse, pintarse la cara e irse de fiesta es algo que se remonta a la antigüedad, concretamente al pueblo sumerio hace 5.000 años. Pero no fue hasta la expansión del cristianismo cuando adquirió el nombre de carnaval y tomó mayor importancia por ser la antesala de la cuaresma. Este año los días de disfraces y diversión los hemos vivido en casi toda la provincia y como no podía ser menos en la residencia Santa Teresa también. Quisiera hoy por tanto reconocer a todas las personas que hacen mis días a veces rutinarios que sean tan excepcionales y llenos de color como en estos días pasados. Vayan mi cariño a esos que nos dibujan una sonrisa y nos enseñan que la vida es lo que hacemos con ella y que sin duda está en nuestras manos ser felices.