El CAL
en Jaén

09 feb 2019 / 10:52 H.

El esperpento se hizo carne y tomó forma. La tarde del jueves pasado, en los prolegómenos de la presentación del último poemario de Alfonso Fernández Malo, asistimos a un espectáculo paranormal en el hall de la Biblioteca Provincial. El autor, junto a su editor y un empleado de dicha editorial, discutían con el representante en Jaén del Centro Andaluz de las Letras, que no los dejaba vender los libros allí. Este señor se empecinaba en que tiene que ser una librería la que los vendiera, negándole el pan y la sal al autor y al editor, argumentando que tenían un “acuerdo verbal” con los libreros para que fuera así. El libro, recién salido del horno, se llevará a las librerías, como es normal, pero para la presentación apareció la editorial, que es la que se juega los cuartos, con la intención de ofrecer el producto, firmado por el autor, en primicia para los cerca de cuarenta asistentes. La media de asistencia a los actos del CAL, a los que voy con regularidad, está entre 4 y 10 sumando al autor, editor y presentador, y allí estábamos casi cuarenta fieles de Alfonso, que llena donde va. El CAL aquí, en Jaén, ni escribe ni deja escribir.