El caso
del hospital

16 mar 2018 / 09:04 H.

Después de haber tenido un accidente con fractura del dedo pulgar de la mano izquierda, fui directamente al ambulatorio de Beas de Segura, con la ansiedad y el miedo que encoge el cuerpo. Me atendió con enorme amabilidad el doctor Juan Luis Mendaz, que me derivó al Hospital de Puente Génave, allí se comprobó que además había fractura del metacarpo, por lo que me derivaron a Úbeda. Los que tenemos nuestra residencia en el corazón de la sierra, siempre tenemos la duda de no ser atendidos como si viviéramos en la capital, un gran error como explicaré; nada más entrar, una jovencita muy amable nos tomó la filiación. Mientras yo observaba que el pelo era tan negro como el azabache, pensaba ¿no se habrá puesto betún de Judea? Al cabo de poco tiempo, pasamos a la consulta del doctor Francisco Navarro, traumatólogo que nos explicó que tendría que operarme, su amabilidad y su trato me tranquilizó y consideré que con su forma de proceder ya había hecho la primera cura. La operación fue un éxito y dado que reconozco y pido disculpas estuve muy nervioso, debo dar las gracias a la enfermera, a las ayudantes del quirófano que estuvieron siempre a mi lado tranquilizándome. El Hospital es algo antiguo, quizás colapsado y se podía intentar crear una Unidad de Gerontología. Podemos estar tranquilos en la sierra, nos atienden igual que en la capital.