El fin del mundo

05 oct 2021 / 12:07 H.
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Cuando una espectadora, con los ojos todavía húmedos, se acerca, recién acabada la función, al escenario para agradecer su trabajo a los intérpretes de una obra, y para decirles que lo que acaban de representar es necesario que se vea en muchos más teatros, de pronto el esfuerzo de meses cobra sentido, todo el proceso de análisis, de ensayos, de producción, de puesta en escena, ha valido la pena. Y más aún cuando la persona que se ha acercado al escenario es una profesional de la sanidad que acaba de ver una obra sobre un tema que le atañe especialmente (a ella y a todos) y que utiliza fundamentalmente el humor (pero también ciertas dosis de crítica social y de poesía) para contar una serie de historias ambientadas en un tiempo muy especial: los días más duros de la pandemia.

Todo empezó meses atrás, con la escritura de más de cuarenta textos (de cuarentena), en parte como terapia para preservar cierto equilibrio emocional ante la incertidumbre del encierro, y en parte para tratar de crear una especie de crónica teatral que recogiera situaciones y conflictos de estos extraños días de aislamiento. A veces, el teatro se conjuga en presente para convertirse en un testigo de situaciones que nos atañen por su cercanía, y que iluminadas con el prisma de la comedia o de la sátira o de otros enfoques de carácter dramático, pueden generar un diálogo enriquecedor entre espectadores e intérpretes. Personalmente, consideraba que tenía una cierta obligación de analizar lo que estaba pasando a nuestro alrededor y de cumplir mi función social, plasmando con las herramientas expresivas que domino, el testimonio de hechos tan relevantes como los que hemos vivido, con el fin de dejar una especie de testimonio emocional de un tiempo concreto. Hay quien considera que hace falta perspectiva para escribir sobre esta etapa tan especial de nuestras vidas, pero yo pensé que podría resultar valioso desarrollar una serie de historias en caliente.

Y al tratarse de una situación global, muchos de estos textos han conseguido cierto recorrido internacional. Y es que la universalidad de la pandemia ha propiciado que una porción importante de esta cuarentena de obras hayan sido premiadas o publicadas en Madrid, País Vasco, Extremadura, Andalucía, Buenos Aires en Argentina, y Texas y Washington en Estados Unidos.

Pero un proceso teatral llega finalmente a su plenitud cuando los diálogos recogidos en papel cobran vida a través de un trabajo de puesta en escena. Y en este caso una selección de estas historias de confinamiento hilvanadas a través de un argumento que las unifica, se ha podido llevar a la escena gracias a un decidido impulso de producción, y a un esfuerzo creativo de técnicos y diseñadores, y a un gran trabajo a cargo de 5 directores, culminado por un excelente plantel de actores y actrices. Un estupendo equipo de creadores de Jaén que han aportado su talento y su compromiso.

Y es que se nos acumulan las alegrías, porque después de recibir de manos de este periódico la distinción de Jiennenses del Año en la modalidad de Cultura, los componentes de La Paca estamos emocionados por poder mostrar a nuestros paisanos, el próximo sábado en el Teatro Infanta Leonor de Jaén, la particular crónica de la pandemia que finalmente hemos titulado “¿Te acuerdas del fin del mundo?”.

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