El lenguaje ramplón

12 ago 2017 / 11:19 H.

Todos los años me paro, alguna vez que otra, a revisar el lenguaje usado por los medios y por ciertos políticos para darse un poco de lustre. Pero la mayoría de las veces, francamente la cagan. El lenguaje oral de algunos periodistas deportivos, o lo que sean, es de premio. Supongo que por tirarse el moco y distinguirse de los otros, sueltan una retahíla de palabras que, si bien son correctas, desde luego el contexto, no: Encimar, por no decir marcar al tío de cerca, percutir, para designar un disparo con la pelota, no con una pistola. Y este año se ha puesto de moda la palabra “imperial” para comentar un jugadón o un jugador bueno. Si lo trasladamos al terreno político, más de lo mismo: Poner en valor, cómo si el valor no existiera de antes, empoderar, hacer pedagogía (que viene del griego paidos, niño), migrar... En fin, que se podían detener un poco y no machacar nuestra lengua, con las prisas y la ignorancia sobrevenida. Podrían, por ejemplo, leer un poco más y escucharse menos. Pero la madre de todas las madres es “como no podría ser de otra manera”. Aquí, entrego la cuchara.