El ovillo del gato

10 jun 2016 / 17:00 H.

Me cansa la política, es cargante tanta matraca y tanto ladronzuelo de guante blanco. El ovillo desgreñado con que se entretiene el minino es un símil tal cual a la sociedad desmarañada en la que vivimos. También noto a mucha gente con antifaz, es “como si... pero no y... que no se note mucho”. No hay confianza y falta autenticidad. En todas las épocas España ha tenido dolores de cabeza con sus regidores, llámense reyes, validos o gobernantes en democracia. España según la historia no ha sido bien gobernada ¡Pobre ella... la malquerida! Tan suprema y mal amada, está ojerosa y desvaída y como a las buenas hembras les falta el empuje del jugo del hombre que llega a sus entrañas. Antonio Gala siempre se refiere a ella como “la mal amada”.

Están aquí las elecciones y ojalá pasen pronto. España es una siempre y merece su respeto; buenos españoles que la defienden, que la amen con ardor y le musiten al oído esas cosas bonitas que solo los hombres de verdad saben decir, en esos momento cumbres cuando una mujer (España) está amando. Pero... ¿ese hombre está? ¿Dónde? Ella le espera y en sus labios sueña un beso.