El Padre Ángel

27 mar 2017 / 11:32 H.

Hay personas que son especiales, por naturaleza, sin pretenderlo. Lo son y punto. Hay quienes tienen una luz, un don, un aire que llama la atención desde el primer segundo y te atrapan. Y lo son sin querer. No lo pueden evitar. Hay gente con chispa y otra que por mucho que se esfuerce ilumina menos que un candil. Así es la vida. Les hablo hoy de un hombre bastante afamado y peculiar en fondo y en forma, una de esas personas con luz propia, de las que gusta rodearse, a las que gusta escuchar, de las que quieres conocer. Es Ángel García Rodríguez, más conocido como Padre Ángel. El pasado 18 de marzo tuvimos la gran fortuna de tenerlo con nosotros en un acto del Colegio Oficial de Enfermería de Jaén. Celebrábamos San Juan de Dios, el patrón de nuestro colectivo. El Padre Ángel estaba invitado como ponente a dar una charla que ya de por sí sonaba sumamente atractiva: “Un mundo mejor es posible”. Pues bien, llegó al Palacio de Congresos y arrasó nada más bajarse del coche. A su alrededor se arremolinaba la gente para saludarlo o hacerse un foto con él. El sacerdote accedía y atendía a todos. Él, el hombre que cree en Dios y en los hombres, llegó y triunfó. Durante su charla nos alentó a dispensar bondad y nos dijo que todos éramos responsables de hacer un mundo mejor con nuestras acciones, por muy pequeñas que estas fueran. A lo que añadió que la vida solo tiene valor cuando se vive dignamente y se tiene en consideración a las personas. “No dejéis de influir en la realidad que nos rodea”, dijo. Su intervención final fue ahogada por los sonoros aplausos de un auditorio que se mostraba encantado de tenerlo allí, de escucharlo, de crecer con sus palabras. Y el que escribe, a la vez que aplaudía, pensaba en un reportaje que leí sobre él hace poco y en el que se resumía su forma de vida y lo que traslada a los demás con una frase de la madre Teresa de Calcuta: “La vida es hermosa. Vívela. Cuídala. Compártela.” El Padre Ángel abandonó la sala entre ovaciones con su ya tradicional corbata roja, según me he informado en honor a los curas obreros que conoció en su infancia. También porque es un color que imprime fuerza e ímpetu. Así es este hombre. Por cierto, nosotros, desde el Colegio de Enfermería le regalamos otra similar, siendo conocedores de la querencia que le tiene a esta prenda y a este color. Hace unos meses, el cura de la iglesia de San Antón, de la madrileña calle de Hortalezas, hizo realidad otro de sus proyectos de entrega a los demás: Robin Hood, el primer restaurante de Madrid para personas vulnerables y/o en riesgo de exclusión social. Por cierto que su parroquia está abierta las 24 horas del día, los 365 días del año, eso sí, tras mucho ‘batallar’ con las altas instancias del clero. Un hecho que ha sido adoptado también en Barcelona, en la iglesia de Santa Ana, en el barrio gótico. Uno de sus grandes logros ha sido la ONG Mensajeros de la Paz. Se trata de una obra social que está presente en cuarenta y siete países de todo el mundo atendiendo a niños y jóvenes, discapacitados y mujeres, drogodependientes y personas mayores, comunidades enteras que trabajan por su desarrollo y naciones que han sufrido desastres naturales o humanos. Por todo ello recibió en 1994 el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia. Lo cierto es que el día de nuestro patrón, de San Juan de Dios, vivimos momentos realmente emocionantes. Con cerca de 500 enfermeros y enfermeras celebrando su festividad. Muchos de ellos recibían un homenaje por el veinticinco aniversario de su promoción, la número doce, otro buen grupo, por su reciente jubilación. Hombres y mujeres en los que está inherente el mensaje que nos quiso transmitir nuestro ponente, el de la entrega a los demás. Y es que la enfermería vive la vida, cuida la vida, la comparte, parafraseando a la madre Teresa de Calcuta. Y de ello dan buen ejemplo nuestros propios pacientes y sus familiares, los que de verdad legitiman nuestro trabajo. Los que una vez tras otra nos sitúan como la profesión sanitaria más querida. ¡Qué privilegio el nuestro poder dedicarnos a lo que nos gusta y a la vez hacer con ello un mundo mejor!