El perfume de nuestro obispo

15 jun 2016 / 17:00 H.

El pasado veintiocho de mayo tomó posesión nuestro nuevo obispo de la diócesis de Jaén Amadeo Rodríguez Magro. Asistí y disfruté de la Eucaristía celebrada en la catedral con la que se inició su episcopado en estas nobles tierras de nuestra provincia. Valoro enormemente el trabajo de un obispo para proteger, cuidar, mimar, fortalecer y alentar al rebaño; y he de decir que me quedé gratamente sorprendido con su primera homilía. El “Perfume del Obispo” lo percibí con alegría y entusiasmo, recibiendo “el amor de Dios con prudencia y sencillez”. En dos momentos nos dijo: “hemos de hacernos presentes en el sufrimiento”, “que el olor del sufrimiento nunca nos sea indiferente”; es lo que a mí más me fortaleció como testigo del Evangelio en este mundo. Hay mucho dolor entre nosotros, hay mucha superficialidad y mediocridad que conducen a situaciones nada agradables y poco gratificantes. Los cristianos estamos llamados a trabajar para paliar el sufrimiento y contagiar valores que lo eviten. Bienvenido Don Amadeo, el perfume de su primera homilía me conquistó.