El precio de una silla

    25 sep 2023 / 10:33 H.
    Ver comentarios

    Para los griegos clásicos la política era la búsqueda de un bien común, una práctica para la felicidad. Nada más alejado de lo que tenemos hoy en día, donde la política es de manera general un sistema de gestión, de ideas, economías, personas y, por otro lado, de mostrarse ante el mundo en una pretensión de orden civilizatorio. Pero los que ejercen la política no lo hacen desde un espacio de ideas, sino en instituciones sociales donde tienen que pasarse, obviamente un tiempo sentados. El problema que tenemos es que determinadas sillas tienen un precio. Y eso es lo que vemos en estos días: ¿cuál es el precio de una ambición que permita sentarse en el sillón de la Moncloa? ¿Todo vale para ocupar esa silla? Obvio que no. Hay márgenes en las leyes, en el sentido común político y en las economías. Pero todo es negociable en el espacio político y consecuentemente se puede negociar el alcance de las cosas, sobre todo, si para el que pretende el sillón, todo vale. Ya sea la extrema derecha o los nacionalismos que juegan no con la racionalidad, cosa legítima y beneficiosa para todos, sino con el chantaje sentimental, es decir con grupos que se basan en el desprecio a cualquier opinión que les contradiga. Y en esas estamos en estos días, viendo con quién se acuestan los candidatos, porque el precio ya está puesto y se llama España.

    Articulistas