El Tesoro de Torredonjimeno

09 jun 2016 / 17:00 H.

El Tesoro de Torredonjimeno fue hallado en 1926 por el agricultor Francisco Arjona. Estaba entre unas rocas que dan nombre al paraje, Majanos del Garañón, al O de la ciudad, dentro de una hornacina subterránea. Francisco lo metió en un saco y lo mostró al dueño del olivar y a su esposa. Ésta lo llevó a un farmacéutico para averiguar si eran de oro las piezas. El boticario le dijo que no y ella guardó las que más le gustaban para los ajuares y entregó a los niños gemas para que jugaran con ellas a las bolas, y así desaparecieron en parte en los montones de tierra del Colegio “San Roque”, entonces en construcción. Pasó un día un trapero y al ver las piezas en manos de los niños intuyó lo que eran, de modo que compró a la señora algunas y después volvió con otros que compraron más. La mujer, precavida, se reservó buena parte del conjunto. La pista se pierde aquí, pero en la Dirección General de Bellas Artes supieron que estaban circulando en el mercado cruces que podrían ser visigodas, y así los museos arqueológicos de Córdoba, Barcelona y Madrid se hicieron con las piezas conservadas hoy. A partir de estos hechos, hay algunas incertidumbres 90 años después del hallazgo. En primer lugar, el origen: se ha dicho que el tesoro procedía de ofrendas a las santas Justa y Rufina en Sevilla, pero otros investigadores creen que debían estar en un templo de la comarca, dada la importancia de Martos en la Edad Media. También, hay quien cree que debía haber abundantes monedas entre las ofrendas. Por otra parte, desconocemos quiénes escondieron el tesoro y por qué. Otro detalle que desconcierta es el tiempo que pasó entre el hallazgo, la venta de piezas a desconocidos, y la intervención de Bellas Artes. Llama igualmente la atención que muchas piezas están troceadas a propósito y algunas presentan una cara pulimentada y muy limpia. En el castillo de Torredonjimeno hay expuesta una copia exacta de las piezas conservadas en los museos, pero hoy, 90 años después, quizás sea el momento de investigar y aclarar los secretos que el tesoro guarda, verificando también la posible existencia de una cruz en Rusia.