El último tren

09 oct 2018 / 12:32 H.

Algunos tenemos la suerte de querer y poder viajar, sobre todo por nuestros propios medios. Somos unos afortunados, lo reconozco. Lo valoro cuando viajamos a una ciudad extranjera, y esa autonomía termina al aparcar en el aeropuerto. Después dependemos de los medios externos; trenes, autobuses, tranvías, taxis e incluso los polémicos Uber o Cabify. Y, dependiendo de la facilidad o económico de esos transportes, así nos resultará de atractivo ese destino, donde me dejaré el dinero en sus tiendas, bares, comercios, etcétera. Si usted va a París, por ejemplo, sabe que tendrá que usar uno de los medios de transporte que hemos mencionado para desplazarse desde el aeropuerto. Y si va a Bruselas, y después quiere ir a Brujas, que haya tren que le lleve. No me cansaré de decir que esta Jaén, su ciudad, su provincia, tienen un potencial único en el mundo. Que cualquier ciudad del mundo soñaría; turístico, monumental, gastronómico... el problema es cómo venir. ¿En avión, compartiendo aeropuerto con Granada a 100 kilómetros? ¿En bus, con unos horarios imposibles de coordinar? ¿En tren, que no hay desde el aeropuerto más próximo? Para vendernos al mundo, debemos facilitar el camino para que nos compre. Antes de que se nos vaya el último tren...