Elecciones seguras

Azul y verde, muerde. Eso me decía mi madre cuando, de pequeña, quería ponerme los pantalones verdes que me regaló mi abuela con la camiseta azul que tanto me gustaba. Ahora todo vale, hasta rosa, rojo y naranja. El sentido de la estética cambia. Pero, por favor, no lo olvidéis: “Azul y verde, muerde”. Y es que se avecinan elecciones de las de arriba, con todo el follón por ser en el mes que serán. Y tras los resultados alarmantes del avance de la derecha y de la más allá de la derecha de las municipales, la cosa pinta jodida. Como persona, el poder perder libertades y derechos ya os lo podéis imaginar. No me vale con que porque lo haga alguien de la oposición el otro lo quite de en medio, como es lo normal en esta España de pandereta. Quienes me conocen saben que estoy desencantada con la política desde que los morados “cuasi absorbieron” a mi Izquierda Unida, jamás fui de claveles y siempre reclamé como sociedad. Y es que los de la gaviota asustan, pero los del nombre de diccionario —que ya podían haber usado la ñ para denominarse— aterran, y si ya los juntamos... No podemos perder de vista que las personas tenemos que luchar, avanzar y cuidar los derechos ganados. Por favor, voten con cabeza.