Eludir y evadir impuestos

11 may 2016 / 17:00 H.

Cuando cotidianamente decimos “línea roja” aludimos al límite infranqueable y por el que transitan los aspectos negativos a evitar. El concepto “línea roja” parece que se remonta al mundo de la aviación del siglo pasado, a los años veinte, cuando se colocaba una marca de color rojo en los anemómetros para indicar la velocidad máxima a la que podía obligarse al avión dentro de sus cualidades y características técnicas, velocidad que no podía rebasarse en ningún caso. En el cine, recomiendo “La delgada línea roja” como paradigma del cambio de valores y principios al entrar en contacto con el horror del campo de batalla. Eludir y evadir impuestos es una línea roja que, como sociedad, no podemos consentir ni excusar. Nuestra Constitución, conciliando intereses contrapuestos, en su artículo 31 nos recuerda e impone que el sostenimiento de los gastos públicos se hace en función de la capacidad económica. La Ley General Tributaria, en su artículo 11, exige el impuesto personal dependiendo de dónde se resida, así como el 93 nos obliga a informar de nuestras obligaciones tributarias. Con esas tres “líneas rojas” legislativas, si se quiere disfrutar del estado del bienestar español, no hay más remedio que ser consecuente con el resto de ciudadanos. Ahora con tantas cuentas en Andorra, Suiza, papeles de Panamá y empresas interpuestas se conoce quién está dejando de ingresar la cuota tributaria. El pecado, y más si hay convenios de doble imposición, no está en tener dinero en el extranjero, sino en no informar de su existencia, proclamarse ciudadano español ejemplar y anotar en las cargas públicas el uso del estado del bienestar. La normativa de desarrollo en esta materia, en su artículo 42 bis, obliga a informar de las cuentas en el extranjero como titular, representante, autorizado o beneficiario. No hay excusas ni atajos. O si no, que paguen las sanciones, cambien de nacionalidad y paguen impuestos y exijan ayudas educativas y sanitarias en los paraísos fiscales. Que padezcan la diferencia.