En el día del padre
Las circunstancias provocan cambios, no los sermones”. No sé qué les parece la frase, a mí me encantó. Esto decía María Pazos Morán, la otra tarde, en una conferencia organizada por la Diputación Provincial con motivo del 8 de marzo. Y es que, en los días que rodean al Día Internacional de las mujeres, escuchamos muchos sermones, demasiados. Gobiernos y partidos, sindicatos, organismos internacionales, nadie quiere quedarse sin defender la igualdad entre mujeres y hombres. Y nos dan el discurso en el que sienten indignadísimos con la desigualdad y la violencia. Pero eso no es lo que necesitamos. Los discursos bonitos están bien sólo si vienen seguidos de realidades. Y en eso están un grupo de padres que hartos de esperar, se personan hoy 15 de marzo ante el Juzgado de lo Social de Madrid para exigir su derecho a cuidar de sus bebés. Tras agotar todas las vías, proceden contra la Seguridad Social para exigir su permiso de paternidad de 16 semanas. ¿Si una trabajadora tiene el derecho, por qué no un trabajador? La cuestión no es baladí y trataré de resumirla. Por un lado, sabemos que el origen de la violencia es la desigualdad. Por otro, los datos dicen que en cuestión de permisos maternales y paternales, para que disminuya la brecha salarial y, por tanto la desigualdad, más importante que la duración de los mismos es que éstos sean iguales e intransferibles. Así, Estonia, país en que cuando nace una criatura genera un derecho para cuidarla de nada menos que 19 meses, tiene, en cambio, la mayor diferencia salarial entre mujeres y hombres de toda la UE. En ese país, el permiso se lo puede tomar cualquiera de los dos miembros de la pareja, es transferible, y la sociedad empuja para que “voluntariamente” se lo tome la madre. Lo que piden los españoles solo son 4 meses para ellos junto a los 4 que ya disfrutan las madres. Durante los primeros meses de vida del bebé se desarrolla el vínculo afectivo. No sólo las madres tienen sentimientos. Demos oportunidad a los padres a establecer también esa relación. Hagamos que las circunstancias provoquen cambios. Será para una sociedad mejor.