En Jaén no existen andenes impares

26 ene 2018 / 09:14 H.

Solo está el 1 y pasa al 2, 4, 6 ¡fíjense! En el andén 8, hay 2 vagones antiguos. El vagón verde tiene una placa dorada que recuerda desde 1881 el camino férreo de Espeluy con Jaén. Me imagino que allí volveré de guerras y tras sus cortinas amarillas taparemos nuestros pensamientos, que nos matan, atan y abrazan a los demás. Un candado cierra el vagón rojo, donde fotografiaré a Buffalo Bill cazando bisontes. A veces estoy en Jaén, otras huyo y otras vuelvo. Viajo con mi cámara de fotos, para tener memoria de papel, porque en las tiendas no se venden estanterías para risas, ni cajones de cosquillas. Quién sabe si estas letras me harán recordar. El tren no deja huellas, solo hierros ordenados que esperan saltos de ruedas. ¿Dónde se venden billetes al pasado? Para ver la construcción del Coliseo, cómo Dios creó a Adán, para ver morir de nuevo a mi abuela o recuperar algún beso de alguien que me quiso y guardarlo en otro sitio. Envejecen los vagones, cae su pintura roja como lágrimas y yo.... Yo no valoro mis canas cerca de mis orejas, ni la palabra exacta en la frase del otro, ni el grosor de mis gafas. No oigo mi vejez, no veo mis arañazos oxidados en mis brazos, ni los candados que cuelgan de mis historias, ¿a dónde irán esos vagones?