En la casilla de salida

12 jun 2017 / 11:16 H.

Regresa a la casilla de salida después de dar una vuelta completa en un imaginado juego del parchís. Le tocó la carabela y ni el tiro porque me toca pudo salvarla de regresar al punto de partida. Susana Díaz fracasó en su intento de convertirse en la primera mujer que pilota el Partido Socialista en España y la primera presidenta del Gobierno y, después de tragar saliva y asumir la derrota, vuelve para quedarse en una tierra de la que nunca se fue. La presidenta de la Junta de Andalucía se reinventa con un golpe de efecto político que supone cambios importantes en su equipo. No le queda otra que coger el toro por los cuernos antes de que expire el mandato y, aunque los movimientos de sillas molestan, será bueno para retomar la gobernabilidad dormida por culpa de aspiraciones propias de una baronesa.

El jueves reunió a los ocho líderes provinciales en un almuerzo. No llegó a comunicar lo que tenía en mente, pero sí dio algunas pinceladas de una hoja de ruta perfectamente organizada para intentar continuar los cuarenta años ininterrumpidos del Partido Socialista en el poder andaluz. Horas más tarde empezaron a sonar las campanas de la revolución interna de un equipo de Gobierno en el que destacan seis importantes cambios. La noche fue movida.

Las carteras de Sanidad, Educación, Empleo, Justicia, Agricultura y Cultura mudan de mano. Son cinco las incorporaciones nuevas y uno el cambio de destino. Ni que decir tiene que las áreas “tocadas” son las que, sin lugar a dudas, cosecharon las principales críticas. Sus consejeros responsables vieron castigada su imagen como consecuencia de conflictos de todos los colores o por culpa de la falta de habilidad para resolver crisis habituales. El caso es que Susana Díaz intenta pasar página de sus recientes fracasos políticos y relanzar su proyecto para recuperar la credibilidad perdida en los últimos meses. No hay marcha atrás con una remodelación esperada y necesaria, en esa búsqueda imperiosa de perfiles alejados de lo técnico y cercanos a lo político.

Cada provincia ajusta sus cuentas después de la rebelión y, a tenor del carné de identidad de los fichajes, Sevilla gana por goleada. Jaén sale bien parada con ese “virgencita que me quede como estoy” de Felipe López. Sin embargo, faltó un gesto, un guiño a una tierra acostumbrada a obtener los mejores resultados electorales en el conjunto del socialismo andaluz. El consejero de Fomento y Vivienda, que continúa al frente de una de las carteras con mayor peso en la Junta de Andalucía, juega un papel primordial en el movido escenario. Hay quienes esperaban algo más para uno de los políticos más valorados dentro y fuera de su provincia. Agricultura es una perita en dulce para una tierra con 66 millones de olivos que, una vez más, se escapa de las manos jiennenses.

Dice el refrán que “a falta de pan, buenas son tortas”. El secretario general de Partido Socialista, Francisco Reyes, tendrá que pelear, a partir de ahora, por los segundos puestos del escalafón. Es consciente de que tiene a un hombre fuerte dentro del Gobierno autonómico, pero ganar mayor presencia jiennense en otros puestos de responsabilidad menor significa mucho para el socialismo jiennense. No es lo mismo tener que pedir algo a un forastero que reclamarlo a un paisano. Mucho más si está fuera de casa. Y ahí estará, ahora, el quid de la cuestión.

El reparto de competencias alarga una legislatura que se daba por zanjada y hace retrepar en las butacas a los andaluces por dos años más. Eso sí, habrá que hacer un nuevo esfuerzo para quedarnos con las nuevas caras.