En la zona Cesarini

09 jul 2016 / 11:07 H.

La expresión futbolística sirve para definir el momento crucial de los partidos. Cuando se acerca el final, las piernas fallan, el cansancio nubla la táctica y emergen en ese terreno pantanoso las figuras. No necesariamente tienen que ser las estrellas; de hecho hay rutilantes peloteros que se borran de la lista en las tandas de penaltis o aducen una lesión para evitar el canguelo en público, el miedo escénico. Ídolos de barro. En esa zona metafórica destacan los que no tiemblan, los que dan un paso al frente y emergen de la mediocridad para llevar el partido a sus botas. El término navega por la literatura balompédica en honor de Renato Cesarini, un jugador italo-argentino que se especializó en ser determinante en los momentos finales de los partidos. Un Italia-Hungría lo citó con la historia. Todo en blanco y negro, cuando el relato deportivo se imponía al espectáculo manoletil.

Valga el símil futbolero, en días de Eurocopa, para delimitar el momento crucial que vive el Ayuntamiento de Jaén y, por extensión, este país en funciones que se va de vacaciones. En ambos casos parece que no hay el suficiente movimiento de balón y que falta liderazgo para tomar decisiones. Quema el balón o, lo que es peor, no se sabe qué hacer con él. El alcalde Javier Márquez tiró, ayer, de manual político de urgencia para pedir “altura de miras” a la oposición, esa frase que se ha hecho tan popular en los últimos meses en España. Todos la citan, pero, a la postre, ante la incapacidad manifiesta de conseguirla, vuelven la mirada a una ciudadanía perpleja. Le devuelven la pelota.

En el asunto presupuestario se decide pactar una prórroga y así se renuncia a sacar adelante el presupuesto de 2016. Es lo que hacen los clubes cuando la temporada amenaza ruina: se ponen a planificar la que viene para ilusionar a la grada. Aquí, el responsable de hacer las cuentas de la lechera es el edil de Hacienda, Manuel Bonilla, que lo tiene blanco y en botella. Con los números en la mano, Regional Preferente es la categoría que corresponde al Ayuntamiento. Pero hablamos de una capital de provincia y de una asfixia que amenaza ya el pan de cada día de los funcionarios. Partido de alto riesgo.

La primera reunión de contacto se salva con el “fair play” de los contendientes que celebran la victoria pírrica de, al menos, sentarse a la mesa a negociar qué hacer en septiembre. El plan de acción del PP pasa por una inyección de adrenalina que insufle ánimo al sistema nervioso de la administración, en concreto cifra en 150 millones de euros la dosis para salvar financieramente al Ayuntamiento de Jaén. La inyección se pagaría, no a escote, entre el Ministerio de Hacienda y la Junta de Andalucía. Ambos organismos aún no conocen los planes del equipo de Gobierno, así que, en su justa medida, diríamos que Márquez lanza un patadón para arriba, muy al gusto de otro Javier, el ínclito Clemente, para ver si alguna administración amiga le da por bajar el balón a la tierra. La falta de mayoría absoluta, en este sentido, sirve para hacer equipo y para sumar a la oposición para que ponga la mano en el timón de mando. Aquí los focos también apuntan al PSOE, que tiene mucho que decir como oposición y como partido que pilotó esta nave a la deriva. Será Manuel Fernández el que tendrá que mediar con la Junta de Andalucía y llevar parte de la voz cantante en la negociación a este lado de la banda. Esta vez, los ajustes, recortes o como se les quieran llamar no se pueden demorar más. Nadie fía a quien no devuelve o en versión tasca jiennense: “Hoy no se fía, mañana sí”.

*Fotografía: Fran Carles celebra un gol ante el Castellón. En homenaje al futbolista y capitán del Linares Deportivo y al jugador de hockey alcalaíno, Álvaro García, fallecidos esta semana.