En manos ciudadanas

09 abr 2018 / 09:07 H.

Su futuro político está en manos ciudadanas. No, precisamente, porque todos los pronósticos apunten a que fichará por el partido de Albert Rivera, que también, sino porque de sus vecinos de Porcuna dependerá que continúe como alcalde, o no, lo que queda de mandato. Miguel Moreno quiere que quienes tuvieron voz y voto en las últimas elecciones municipales participen en una consulta popular para refrendarlo en un cargo que se ganó a pulso. Es un órdago que lanza al Partido Popular, al que perteneció durante más de treinta años, tras la propuesta de la dirección de que abandone los cargos de dirigente municipal y de diputado provincial. Postrado en el grupo de los no adscritos de forma transitoria, emprende una nueva batalla para dejar claro en San Clemente que le gusta dar la cara y que no se esconde detrás de sus actas.

El pleno del Ayuntamiento de Porcuna aprobó iniciar el procedimiento para celebrar una especie de referéndum con la sana intención de que los empadronados puedan decidir si continúa o no el equipo de Gobierno, formado por él y por ocho concejales más, todos exediles populares. El acuerdo fue publicado en el Boletín Oficial del Estado de la Provincia y, en los veinte días en los que se abrió un periodo de información pública, el Partido Socialista presentó sus oportunas alegaciones para intentar frenar la iniciativa. A la oposición no le beneficia una consulta de este tipo a menos de un año de una cita con las urnas, porque una encuesta con papeles reales favorecerá a quien tiene el bastón de mando, hasta que se demuestre lo contrario. La impugnación responde a una medida legal, una interpretación más, razonable y plausible, de la Ley de Consultas Populares y Referéndums de Andalucía. La Delegación del Gobierno de la Junta de Andalucía, con competencias en la materia, calla, mientras tanto, en un asunto en el que tiene todas las de la ley para fundamentar lo que considere oportuno. Como dice el refrán, hasta el rabo todo es toro y, mientras la burocracia camina a paso de tortuga, Miguel Moreno, abogado de profesión, juega sus cartas. Su enemigo político no es el Partido Socialista y, aunque suene extraño y algo extravagante, no le quita el sueño la consulta popular. Es decir. Él considerará que su honestidad está salvada si los cauces legales le impiden celebrar ese referéndum. Su intención era buena y tiene claro que no imitará a Puigdemont.

El alcalde de Porcuna, que vive su particular retiro espiritual desde que abandonó el Partido Popular, se divierte como un espectador en una sala de cine mientras ve un peliculón de cinco estrellas. El acuerdo de integración que firmaron los críticos con la dirección provincial, encabezada por Juan Diego Requena, tiene más de ficción que de realidad, y entre los protagonistas cunde el nerviosismo. Sirva como ejemplo que en la convención nacional de este recién terminado fin de semana, celebrada en Sevilla, no invitaron al personal. Basta con echar un vistazo a las redes sociales para comprobar cómo está el patio. Por cierto, dos meses después de aquella puesta en escena en la que participó el líder regional, Juanma para los amigos, quienes decidieron abandonar la lucha que emprendió Miguel Moreno con “Jaén Adelante” todavía están a la espera de que se celebre la prometida junta directiva provincial para refrendar los puestos de integración que tanto corrieron por mensajería digital.

Mientras tanto, los que hicieron mutis por el foro tienen ya pergeñadas veintitrés estructuras en sus respectivos municipios para presentar candidatura de Ciudadanos a las próximas elecciones. Continuará.