En perfecta sincronía

Este apasionante la capacidad que tienen los pianistas de expresar esa relación tan estrecha, tan íntima y a la vez tan sensual, con la música. Un contacto con tanto tacto que atesoran un secreto: El del entendimiento; elegancia extrema entre las partes que llegan a conseguir ser una pieza única, sublime. Caricias de cuerpos capaces de mostrar un sentimiento tan profundo, que si entra en ti, generosamente te deja formar parte del mismo. Desnudarse con o sin complejos ante miradas que juzgan expectantes con conocimiento, tratando de ocultar el miedo con una delicadeza absoluta, tarea nada fácil, aunque engañen en apariencias. Almas con el mismo color. Exactitud, compases y esperas perfectos. Armonía en estado puro. A un solo paso de conocer el juicio que les hará llegar hasta la gloria, no hay ni vencedores ni vencidos, ni siquiera con aquellos que se hayan podido quedar por el camino. Orgullosa debe estar esta tierra de acoger en su seno a genios que quieran compartir sus más íntimos secretos. Y orgullosos debemos estar que nos lleven por bandera a esta tierra humilde y aceitunera por ensalzar lo que más quieren, su pasión, su vida entera.