Engañifa nacionalista

Qué contentos están los golfos! Con la movida catalana no se habla de ellos, siguen campando a sus anchas los Rato, Bárcenas, Pujol... y toda la jarca de expoliadores de las arcas del Estado. Aquí no hay problema de dónde seas, porque se trata de trincar el taco y si te he visto no me acuerdo y no lo devuelvo. En esto hay unanimidad. Personajes relevantes, teóricamente ilustrados y muy puestos, aparecen con una desmemoria repentina y una ignorancia supina: no sé, no lo recuerdo, no me consta, yo firmaba lo que me ponían delante... como si fueran unos lerdos. ¡Venga ya con tanto mamoneo! Curiosamente, todos estos papeletones aparecen en épocas de crisis, pues en la bonanza se comen hasta los mocos mientras amasan los billetes de 500 y empobrecen a una población ya empobrecida. Lo único lúcido que he leído estos días es un artículo del profesor Félix Ovejero en el que dice “Si nuestros males vienen de España, las soluciones, naturalmente, requieren menos España. Ese es el discurso del independentismo y el resultado es una sociedad rota. Y es así porque su proyecto asume la exclusión como principio regulador”. ¡Ahora van y lo cascan!