Entre duelos y buenaventuras

25 mar 2018 / 11:30 H.

Dolores, duelos y buenaventuras y entre medias, un alma quebrada de pasión, ensimismada entre su fe más íntima. Porque “el alma tiene ilusiones, como el pájaro alas; eso es lo que la sostiene” que decía Víctor Hugo. Y ahora que llega la Semana Santa, el “señor Jota” dedica su entrega mensual a los desheredados que rezan y lloran, a quienes son anónimos costaleros o invisibles camareras, al pueblo llano que se sostiene anclado a su tiempo con sus cristos y sus vírgenes, sin mirar mentecatos de vara y mando, meapilas de grandiosa hipocresía. Porque la Semana Santa es duelo y tragedia pero también buenaventura, que no es otra cosa que cercanía y amistad, encuentro y alegría; amor, en definitiva: “Un cobarde es incapaz de mostrar amor. Hacerlo está reservado para los valientes“, sentenciaba Gandhi. “Solo el misterio nos permite vivir. Solo el misterio”, proclamaba García Lorca y ahora rememora el “señor Jota”.

1.- Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos: “El secreto de la felicidad no es hacer siempre lo que se quiere sino querer siempre lo que se hace”, León Tolstoi.

2.- Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados: “No es sabio el que sabe dónde está el tesoro, sino el que trabaja y lo saca”, Francisco de Quevedo.

3.- Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra: “La libertad no necesita echar alas, lo que necesitas es echar raíces”, Octavio Paz.

4.- Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados: “Recordar es fácil para quien tiene memoria. Olvidar es difícil para quien tiene corazón”, Gabriel García Márquez.

5.- Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán la misericordia: “Más vale la pena en el rostro que la mancha en el corazón”, Miguel de Cervantes.

6.- Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios: “Lo mismo da triunfar que hacer gloriosa la derrota”, Ramón María del Valle-Inclán.

7.- Bienaventurados los que buscan la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios: “El mundo entero se aparta cuando ve pasar a un hombre que sabe adónde va”, Antoine de Saint-Exupery.

8.- Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos: “El hombre es rico en hipocresía. En sus diez mil disfraces para engañar confía; y con la doble llave que guarda su mansión para la ajena hace ganzúa de ladrón”, Antonio Machado.

9.- Bienaventurados seréis cuando os injurien, os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa: “Si en medio de las adversidades persevera el corazón con serenidad, con gozo y con paz, esto es amor”, Santa Teresa de Jesús.

10.- Alegraos y regocijaos porque vuestra recompensa será grande en los cielos: “Puede que lo que hacemos no traiga siempre la felicidad, pero si no hacemos nada, no habrá felicidad”, Albert Camus.

Preñado de fe en la gente y encaprichado con su Cristo, el “señor Jota” apostilla: “La vida es breve, que no nos la hagan pequeña”.