Garantía de realidad

30 oct 2016 / 10:26 H.

Una democracia se fundamenta en más cosas que votar cada cuatro años y esperar que el partido de turno cumpla, o no, su programa. Es fundamental que la democracia estimule el sentido crítico y que ese espíritu se difunda y ejerza de manera transversal entre los ciudadanos y todos los días de una legislatura, no sólo los quince días de campaña. Que los ciudadanos sean los dueños de las calles para protestar pacífica pero críticamente y muestren su inconformismo porque de los conformistas no se ha escrito ninguna aventura. Y la aventura es fundamental para el desarrollo de un país. La aventura y el arrojo por investigar nuevos caminos. Y para todo eso es fundamental la opinión pública, que no la opinión publicada o la manipulada. ¿Cómo distinguirla? Es complicado. Lo que sí es una evidencia es que quienes no escuchan a la opinión pública se alejan de la realidad y acaban siendo castigados. Las redes sociales no son la panacea pero sí tienen algo valioso: son más democráticas que los cauces de opinión tradicionales que, por encorsetados, son más fáciles de encauzar o manipular. Las redes han dado un plus de libertad y crítica que quienes no las escuchan se alejan de la realidad, porque las redes son una parte activa de la sociedad. Más activa que otras organizaciones que parecen haber renunciado a la crítica.