Grandeza de una mirada

02 abr 2017 / 11:28 H.

Gracias Miguel por irte con los ojos abiertos y la mirada fijada en las gentes corrientes. Te dejaron morir, bueno no, te mataron lentamente. Creyeron humillarte no cerrando tus ojos de mirada serena al fallecer y, lejos de ello, te permitieron la grandeza de unas vistas inmortales. Gratitud por tu poesía, por esos libros que no morirán nunca; como jamás dejaré que mueras en mi memoria. Lo único que me duele es saber que esos ojos verán cuan hipócritas son muchos de los que hoy te alaban y dicen venerarte. Esos que echan mano a tu simbología sin haberse adentrado jamás en Perito en Lunas, esos que creen que Viento del pueblo o el Rayo que no cesa, son simples poemas, ignorando que son dos libros imprescindibles. Pesar porque verás de nuevo Linares Baeza, hoy escaso de trenes y ferroviarios. Gracias por dejarnos tu poema Aceituneros, símbolo de lo que deseo para esta tierra y lo mucho que la amo. Quisieron agraviarte dejando tus ojos abiertos desconociendo que con ello te hicieron más grande. Levántate olivo cano que Miguel te mira, y el olivo alzó una mano.