¿Hablamos de sequía?

05 jun 2017 / 11:09 H.

Continuamos con escasez de lluvias, y a pesar de que el olivar presenta cierta resistencia a la sequía, gracias a diferentes mecanismos de regulación, la productividad responde negativamente a la falta de agua. El olivar en estas fechas con el cuaje del fruto en la mayoría de las zonas olivareras, necesita para su buen desarrollo agua para reducir su estrés hídrico. Podemos decir que la floración aunque heterogénea incluso en la misma explotación y en las diferentes caras del olivo, ha sido buena, si bien, la falta de agua persistente, entre otros factores, hace que el éxito en el cuaje y el desarrollo y viabilidad de los frutos esté en el aire. Todo esto evidencia la necesidad de efectuar los riegos con la calculadora en mano, apostando por los llamados riegos deficitarios, con aportaciones de agua de riego inferiores a las que se vienen empleando, para dosificar este recurso limitado y encarar el año agrícola aportando el agua en aquellos procesos más cruciales del estado fenológico del olivar, (prefloración, cuaje, crecimiento del fruto y acumulación de aceite).