Hay matices

08 mar 2017 / 12:06 H.

Hablar de la situación del Real Jaén es como predicar en desierto. Como ya es tradicional en esta y en otras materias que afectan a nuestra ciudad, se hace mucho ruido y se dan pocas nueces. Siempre hubo más predicadores que gentes que dieran trigo. La enfermedad que amenaza con acabar con la historia del Real Jaén no es de ahora. Nació con ella, cuando en 1922 nació con el nombre de Jaén FC. Ya desde la cuna esta enfermedad empezó a manifestarse al punto de que, tres años después, el club desapareció.

Esta enfermedad se llama falta de apoyo de la masa social. Un mal congénito que nunca se superó. En la vida hay matices y una cosa es ser espectador y otra muy distinta y mucho más sacrificada es ser socio incondicional de una causa. El espectador acude a aquello que marcha bien, que ofrece espectáculo y satisfacción. El incondicional está siempre al lado de la causa, vaya bien o no. Y la vida ha querido que en nuestra ciudad los incondicionales estén en muy significada minoría.

Por este mismo mal, la Olímpica Jiennense hubo de desaparecer en 1933, cuatro años después de su fundación. Es un mal congénito que se agravó cuando un presidente regaló a la afición la gloria de la Primera División a costa de su propia ruina. Recién descendido de Primera, en la temporada 1954-55, el Real Jaén tenía mil socios para intentar volver a la categoría de honor. Yo podría dar más de un testimonio de los presidentes de aquella época, sobre todo de Ramón Calatayud, que denunciaban el escaso apoyo de la masa social. Y con escasas excepciones siempre fue así. Siempre hubo de venir alguien a sacar las castañas del fuego, la mayoría de las ocasiones jugándose su dinero y su reputación. Y no quiero hablar del dinero que salió de la Administración para solucionar conflictos. Esta situación actual es culpa de muchos y de mucho tiempo. La mala gestión de esta temporada, el fiasco que ha sido el fichaje de Ramón Tejada y el escaso rendimiento del equipo que formó han terminado por agravar al máximo la situación. Es obvio que Juan Miguel Hitos no puede, o no quiere, aportar más dinero. Nadie puede obligarle a hacer más. Creo que, después de Antonio Calvo, ha sido el presidente que más dinero aportó al club. No tuvo acierto. Pero debería tenerlo ahora y decidir de una vez su postura. Haría un buen servicio al club.